Nadie nos interrumpe durante la noche para conectar con nuestro subconsciente sólo nuestras propias emociones y nuestras limitaciones.
Si meditamos y observamos nuestros pensamientos durante el día y escuchamos nuestra alegría, nuestro miedo, nuestra rabia, nuestra envidia, cada una de nuestras emociones sin juzgarlas, abrazándolas como se abraza a un niño a una niña que necesita atención porque hay algo que no entiende o que no ve, porque no tiene experiencia y nosotros se lo explicamos con cuidado y cariño.
Así abrazando a nuestras emociones desde una actitud permisiva y desde la observación sin juzgar, simplemente conociéndonos.
Cada día tendremos más claridad. Así funcionamos nosotros y nosotras, buscamos claridad cada día pero tenemos un cristal delante que no nos deja acceder a la claridad. La vemos, la intuimos, pero a veces no sabemos cómo acceder a ella.
Necesitamos un acceso, una pequeña ranura y la mejor manera de crear este acceso es a través de la gratitud.
Agradecer cada día tu día, tu vida e incluso los obstáculos del camino que te hacen tener más experiencia y ser más fluido en tu caminar diario.
La gratitud es una emoción que fluye natural en el ser humano cada vez que la asociamos a obtener algo positivo.
Pero ¿cómo ser agradecido cuando una situación nos arrebata nuestro equilibrio? Escuchando nuestro interior, respirando y siendo honestos con nosotros mismos. La comunicación con uno mismo es la clave para seguir en esta línea del agradecimiento.
Esta comunicación con nosotros mismos entre nuestro ser y nuestra mente, es imprescindible para distanciarnos de las influencias exteriores que nos arrebatan aunque momentáneamente nuestra paz interior.
¿Cómo nos comunicamos con nosotros mismos? ¿Quien nos ha enseñado? ¿hemos meditado desde niños?
La meditación.
Que fácil parece meditar y aunque sabemos por los estudios realizados en diversas Universidades que meditar unos 20 minutos al día, es lo mejor para mantener una mente sana y un claro discernimiento para tomar decisiones diarias. La meditación no es fácil, no es fácil porque hay que parar.
¿Quién para hoy en día? Paran las personas que han descubierto cómo parar. Cómo decidir parar y dejarlo todo durante 20 minutos es la clave y para llegar a esa decisión tienes que probarlo.
Prueba a hacer algo que te guste mucho, que te llene de satisfacción durante 20 minutos.
Si hace mucho que no lo haces, no te preocupes, hazlo y experimentas como te sientes mientras lo haces y después de realizarlo.
Ya sea dibujar, cantar, bailar, pasear, escribir, cocinar, plantar, montar en bici,o lo que se te ocurra, hazlo y el siguiente paso después de haber hecho esto durante un mes, intenta probar con la meditación en una escuela donde lo ofrezcan.
Si ya te conectas con tu bienestar de manera natural puedes comenzar a meditar, si te cuesta bastante esfuerzo porque estás bajo mucha presión o estrés comienza por permitirte pasear y observar a tu alrededor, salir al sol y disfrutar de la vida. Esta serie de acciones te permitirán conectar cada día conectar con la Gratitud. Y de la gratitud a la meditación hay sólo un pequeño paso.
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